Aquella revista con las que se forraron paredes, carpetas y que alimentó el pavo de una generación 90210, donde empezamos a disfrutar de torsos sin camiseta que no veiamos alrededor...
Llámame Mark Wahlberg
La que poseía los redactores con más imaginación y creatividad, cuyas obras: tests y horóscopos, son dignos de leer hoy en dia, con gintonic en mano, amigos de la quinta marcha en casa y tener risoterapia gratis.Esa revista ha anunciado que dejará de estar en kioskos. Mantendrá su versión digital, pero descargarse wallpapers no es lo mismo, no tiene gracia forrar ese escritorio.
A pesar de ser la rara que tenia su cuarto empapelado de Madonna, el portafolios cubierto de fotos de las Top models y desfiles de Gaultier, tenia mi carpeta regalo de Sensación de vivir.
Yo soy de la generación Súperpop, que no es esta, sino la de los noventa y era de Dylan, vamos de Luke Perry, que quitando ciertas camisas de estampados indescriptibles y prominentes entradas, veo las fotos de antaño y me sigue pareciendo atractivo.
El Kortajarena de Beverly Hills con aires de James Dean que le quedaban grandes, era irresistible.
Se quien es Jason Donovan (si, el rubio que mirabas en una de las portadas de la primera foto y no sabias quien era) actor, cantante y feo, nunca entendí a sus fans. Por lo visto terminó haciendo el musical de Las Aventuras de Priscilla Reina del Desierto, así que merece todo mi respeto. Los hermanos gemelos Bros, los New Kids on the Block, Kirk Cameron, el desaparecido River Phoenix, un Johnny Deep que apuntaba muchas maneras...Si, unos Backstreet Boys (en esta etapa ya me desvinculé). Ay! Aquel Rob Lowe...
Obviando lo que se ha hecho Jordan (mi preferido entonces que mal elegí) en la cara y que se equivocó con la talla de pantalón, el tiempo no ha castigado demasiado a estos New "Kids".
Lo peor viene ahora...
Al margen del comunicado de hoy, todos sabemos que lleva muerta 20 años. Esta revista deja de publicar en papel cuando estos dos míticos grupos se unen como un fantasma del pasado que viene a atormentarnos. Este momento adquiere más surrealismo que haber visto a Robbie Wiliams de nuevo con Take That, repeinados, vestidos de pijos y remando en piraguas.
Era la oportunidad de revivir lo que fue y no han sabido verlo.
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