Este maravilloso par de zapatos fue el primer fetiche que he tenido en mi vida. Fetiche que muchos compartirán conmigo.
Hoy se lanzan a subasta, otra vez, porque ya fueron subastados en 1988. Su propietario, que adquirió la pieza del anterior poseedor que pretendía recaudar fondos para niños desfavorecidos, espera sacar mucho dinero con este preciado objeto de coleccionista. Se prevé que los adorados chapines alcancen los tres millones de dólares.
Quien pudiera pujar... Mirarlos y decirles: " Estarán mejor en casa que en ningún sitio ".
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