Mark está raro, sobreactuado, descolocado.
Me encanta este momento en plan "este tio me suena pero no se de qué"... porque fue lo que le solté a una amiga el día que se apoyo en la cristalera de una cafetería donde me encontraba. Luego salió en todos los medios de comunicación que Mark Vanderloo estaba en Madrid. Y es que su cara está a años luz de lo que recordaba.
Jamie haciendo méritos con sus gafas y los otros dos a cual más divo intentando ser profesionales y no expresar pensamientos del tipo: antes muertos que con un traje de H&M.
Lo mejor como casi siempre para el final, Jamie que sabe a quien arrimarse, Tony el jefe, el omnipresente que va llenando las marquesinas de la ciudad y sale en todas las campañas aunque eso implique Desigual o casos como este. Y Mark muy Vanderloo, marcando pómulos, ganándose el sueldo demostrando que donde hubo algo queda.
Ah! El culpable de cortar cabezas y elegir el fondo blanco es Terry Richardson.
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