Savage Beauty

A pesar de ser de esos martes fetiches que vienen acompañados de lluvia, desearía estar en otro lugar... concretamente en Nueva York. 
Y te preguntarás y que día no, cierto, cualquier momento es bueno para escaparse a la enorme ciudad, pero hoy existe una razón más que lo convierte en necesidad: Savage Beauty. 
Una exposición en el MET organizada por el Costume Institute para deleitarse, para recordar la existencia de un genio con increíbles piezas como pruebas irrefutables. 

Una exhibición agridulce de talento y tortura, admiración por su obra y tristeza por su ausencia, demasiado reciente para dejar de lamentarla. 
Lee nos dejó con la miel en los labios, con ganas de más, de mucho más. Su belleza no solo fue salvaje, sino lamentablemente efímera.
Se nos ha privado de la incertidumbre previa, de no saber que se va sacar, de lo impredecible. Podemos presumir de haber vivido semejante etapa en la moda de este siglo y escaparnos sin remedio a ver estas maravillas in situ.  

Algunos tuvieron el privilegio de asistir anoche a la inaguración, donde faltó creatividad, ese punto de genialidad, de atrevimiento, de homenaje, que muy pocos tuvieron la decencia de ofrecer. (Veáse Daphne Guinness , Hamish Bowles lo mejor de la red carpet).

Escasez y sosez que no estuvo a la altura de las circunstancias. No tengo nada en contra de los diseños de Stella McCartney, si de los de Chanel, maravilloso HC de Givenchy, Jason Wu...

Pero... Esperaba más. Dame un miriñaque, unas plumas, unos cuernos, un momento gótico, sin caer en gagadas hay mucho donde elegir. ¿A que vas? 

Muchas debieron recrear una escena mitica e ir de blanco y hacer el paripé drama queen en la entrada mientras dos pistolas de pintura le hacían un favor a su falta de estilo y apuntaban a su vestido y cara.

God save McQueen.